EFE
Washington, 1 Jul.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reanuda este viernes la actividad en su paÃs, tras regresar en la vÃspera de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, con la perspectiva de enfrentarse a una segunda Guerra FrÃa con Rusia muy posiblemente de larga duración por la contienda en Ucrania.
Biden vuelve a su paÃs tras dejar claro que EE.UU. es quien lidera en la OTAN, donde anunció un aumento de la presencia militar estadounidense en Europa, además de haber contribuido a levantar el bloqueo turco a la adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza.
Todo ello con el objetivo de proteger el territorio de la OTAN, que, según él mismo dijo en la rueda de prensa con la que cerró su asistencia a la cumbre de Madrid, ahora es una organización más fuerte y está más unida que antes de la guerra en Ucrania; un conflicto que distintos interlocutores han augurado que puede ir para largo.
Sin hablar de una fecha, el propio Biden insinuó que la contienda puede alargarse, cuando señaló que los aliados apoyarán a Kiev el tiempo que sea necesario.
Y ante la posibilidad de que el conflicto se expanda a otros paÃses, los socios de la OTAN, y en concreto EE.UU., van a blindar el territorio de la alianza.
Nada más llegar el miércoles a Ifema, el recinto ferial de la capital española donde tuvo lugar la cumbre, el mandatario anunció un incremento de la presencia castrense de EE.UU. en Europa.
En concreto, Washington va a incrementar dicha presencia en seis naciones -Polonia, RumanÃa, España, Italia, el Reino Unido y Alemania-, además de la región "báltica".
En Polonia, EE.UU. va a establecer un cuartel general permanente, mientras que a RumanÃa enviará una brigada rotatoria adicional; a España mandará dos barcos destructores adicionales a la base naval de Rota; y en el Reino Unido añadirá dos escuadrones de cazabombarderos.
En Alemania situará una brigada artillerÃa de defensa aérea, un batallón de defensa aérea de corto rango y una brigada de ingenierÃa con unos 625 soldados en total; y en Italia, ubicará una baterÃa de defensas antiaéreas, con 65 militares.
Con esta decisión, Biden ha apuntalado el papel de liderazgo estadounidense en la OTAN, tras haber apostado al comienzo de su mandato y antes de la agresión rusa de Ucrania por una disminución de los soldados que EE.UU. tiene desplegados en el extranjero.
Le falta ahora explicar a la opinión pública estadounidense esta apuesta bélica, en un momento en que está afrontando numerosas crÃticas a nivel doméstico por la inflación galopante y con un paÃs partido en dos por el polémico fallo del Tribunal Supremo de derogar el derecho al aborto.
Respecto a la carestÃa, el presidente quiso dejar claro desde el estrado de la OTAN lo que viene repitiendo como un mantra: la culpa de la subida de precios es de Rusia.
Y lo repitió hasta tres veces por si alguien no le habÃa oÃdo bien: "El precio del petróleo es alto por Rusia, Rusia, Rusia", apuntó Biden en su última comparecencia ante la prensa en Madrid, al tiempo que señaló que la razón de la crisis alimentaria global es "porque Rusia no está permitiendo que el cereal salga de Ucrania".
Los datos económicos no acompañan a Biden de cara a las elecciones de medio mandato de noviembre en EE.UU., donde algunos pronósticos auguran que los demócratas perderán el control de ambas cámaras del Congreso.
El precio de un galón de gasolina (3,78 litros) en EE.UU. alcanzó el sábado pasado los 5 dólares, un récord que se produce cuando el paÃs vive la inflación más elevada en 40 años, al dispararse en mayo al el 8,6 %.
Esta nueva escalada de los precios de consumo viene empujada, sobre todo, por el fuerte encarecimiento de la energÃa.
Más allá de la cumbre de la OTAN, Biden se vio el martes con el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, y con el rey de España, Felipe VI, en una primera jornada en el paÃs en la que aprovechó para informar el envÃo de dos destructores adicionales a Rota.
El mandatario llegó a Madrid procedente de Elmau, en el sur de Alemania, donde tomó parte en la cumbre de los lÃderes G7, integrado por EE.UU., Alemania, Francia, Italia, el Reino Unido, Canadá y Japón, y de la Unión Europea.
En el encuentro en Alemania, los dirigentes de este club de los poderosos amplificaron su condena a Rusia y refrendaron su apoyo ilimitado a Ucrania.
En su agenda para el G7 Biden llevaba sanciones a Moscú, la propuesta de prohibir las importaciones de oro ruso y la imposición de imponer un precio tope al petróleo de ese paÃs.
En su declaración final los siete paÃses más industrializados del mundo establecieron la posibilidad de prohibir el transporte de crudo ruso a menos que su venta respete un precio máximo acordado con los socios internacionales.
Como Biden dijo más tarde en la OTAN: Rusia va a pagar un alto precio por la invasión de Ucrania.