"Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley, no tengo trono ni Reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey"… interpretaba con esa voz recia y muy llegadora, el cantautor don José Alfredo Jiménez, quien sin tener ningún estudio musical fue un Ãcono de la música ranchera y escribió cientos de canciones.
O qué tal Javier SolÃs, con esa tesitura tan exquisita de voz deleitándonos con "no sé qué tienen tus ojos, no sé qué tiene tu boca, que domina mis antojos y a mà sangre vuelve loca", con pinceladas de romanticismo que en las canciones de hoy ya queda muy poquito.
Yo crecà escuchando estas melodÃas gracias a mi papá, a quien también le gustaba interpretarlas y hasta la fecha cada vez que puede lo hace y no faltan en alguna celebración.
Ni qué decir también de escuchar las voces femeninas por supuesto, como la de doña Lola Beltrán, con un "Cucurrú cucú paloma", Amalia Mendoza "La Tariácuri" con "Puñalada trapera" o Lucha Villa con un "A medias de la noche", con ese timbre grave y ronco que la caracterizaba; grandes exponentes que con sus diferentes matices de voz coloreaban y le imprimÃan ese sentimiento que sólo la música ranchera tiene y que sólo ellas podÃan darle.
Las interpretaciones de Pedro Infante, con la icónica "Cien años" o de la voz tan educada de Jorge Negrete regalándonos un "México, lindo y querido", o del barÃtono de don Luis Aguilar y muchos más de la llamada "época de oro" que me faltará nombrar aquÃ, que con su estilo y voces únicas dejaron su legado (claro, también en las pelÃculas) y ahora, aunque ya no estén, con la magia de la tecnologÃa podemos deleitarnos cada vez que queramos con sus interpretaciones.
Uff, a veces imagino si me hubiera tocado vivir en esa época y disfrutar tan sólo de las voces de estas leyendas en vivo, haciéndole el honor al traje de charro, magia pura; y más la música nuestra, que no es fácil de interpretar, pues requiere más que de una buena voz, un toque, un sincero sentimiento, permitiendo que el cantante deje algo de su esencia.
Ranchera o mexicana, pues el diccionario la define como "música ranchera es un género musical bastante popular y folclórico propio de la música mexicana", como sea, no sé ustedes, pero cuando yo escucho un buen mariachi se me pone la piel chinita y, a la vez, el alma se me llena de emoción.
Por eso, disfruten de nuestra música vernácula no sólo en estas fiestas patrias, si no siempre que puedan para que siga viva y más cantantes opten por interpretarla para que nunca se apague, pues hace falta.
Porque como dice JoaquÃn Sabina en una de sus canciones: "Las amarguras no son amargas, cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo".
¡Viva México!