El mote de “la candidata de las mentiras” que Xóchitl Gálvez Ruiz le puso a Claudia Sheinbaum Pardo no pudo ser más atinado, porque una y otra vez la comunista nylón de origen askenazi y sefardita, afirma que lo privado es malo lo estatizado es bueno.
Me refiero a su origen porque muestra que viene de la pequeña burguesía mexicana: Papá empresario, mamá catedrática universitaria con buen salario, abuela(¿) con inversiones en paraísos fiscales, educación privada, casa propia, clases de ballet, carro propio.
La candidata de la Cuarta Transformación no puede ser más incongruente, más llena de medias verdades y mentiras completas, con un programa de “gobierno” hecho con frases gastadas, en la que basa que la 4T es izquierda y todos los demás fascistas de derecha.
Vaya, ideas claramente pepenadas del basurero de la historia, como dijo Roger Bartra aludiendo al déspota macuspano López Obrador, puros lemas vigesimónicos como “soberanía energética”, “soberanía alimentaria”, sin definir qué es eso y para qué sirve.
“Luchamos por la soberanía energética, por la soberanía alimentaria y todo lo que fue destrozando el neoliberalismo se está recuperando ahora”, asegura la candidata que al parecer también habita el mundo del Nunca Jamás de López Obrador.
¿Alguien le creyó que vive en un departamento rentado? ¿Alguien le creyó que los datos en Panamá Papers son herencia de la abuela? ¿Alguien le cree que la curtidora en la que ella es socia y que su padre dirigió 30 años, es una empresita?
La diferencia entre ambas candidatas no es física: una casi bulímica y la otra con cuerpo de chaparrita cuerpo de uva; ni que una tuvo ortodoncia y la otra tiene dientes chuecos, la diferencia es que una es pequeña burguesa y la otra ascendió a pulso.
Allá al comienzo de los 80 Claudia llegaba a la UNAM en coche, se dio el lujo de ser porra del CEU o Consejo Estudiantil Universitario e ir a tirar rollo a preparatorias, mientras Xóchitl trabajaba de telefonista, llegaba a la “Uni” en camión, y podía estudiar gracias a una beca.
Sheimbaum Pardo entró a la UNAM en 1979 pero obtuvo la licenciatura 10 años después, cuando ya había participado en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas y luego fue fundadora del Partido de la Revolución Democrática, hoy parte de lo que ella llama Prian.
Cuando la “corcholata” obtuvo su título, Xóchitl ya estaba fundando su primera empresa; cuando la “socialista” andaba en Berkley becada, Gálvez comenzó una ONG que daba apoyo a mujeres y niños en pobreza extrema… Cosas veredes, Sancho, diría Cervantes.
La estatista obtuvo una beca para la Universidad de Berkley en 1995, lo suficientemente buena para irse con todo y familia y regresó a México para seguir haciendo política y obtener un empleo en la UNAM y luego sumarse al Gabinete de AMLO en CDMX.
Pese a ser hija de un empresario, de haber estudiado en una universidad estadounidense, la ex jefa de Gobierno cree que el estatismo a la usanza del PRI (Prian) de los años 70 lo que debe seguir México y porque el “imperialismo yanki” es bárbaro y Cuba el camino.
Porque dice que: “todo lo que fue destrozando el neoliberalismo se está recuperando ahora”, y cuesta trabajo conjugar el verbo recuperar sobre los datos de un gobierno que ha endeudado a México cerca del punto de una crisis fiscal, un gobierno que reventó instituciones.
Dice que todo está mejor, pese a que 20 millones perdieron el acceso a la salud; y afirma que hay “creación histórica de empleo”, aunque sean dos millones menos que los empleos que se registraron en el sexenio anterior del “prianista” Enrique Peña Nieto.
¿Y qué fue lo que destrozó “el neoliberalismo?, ¿Pemex? ¿que ahora debe lo mismo, pierde más dinero y produce menos petróleo? ¿La CFE que no ha logrado energía limpia ni mejorar los costos y menos aumentar la distribución de electricidad, y que ahora pierde dinero?
¿El “neoliberalismo” o el Prian destrozaron un sistema público de salud que tenía mucho mejores índices (aunque mediocres) de cobertura y surtido de medicamentos y de atención de enfermedades catastróficas que el “nórdico” IMSS Bienestar de AMLO?
El neoliberalismo no destrozó el combate al crimen organizado ni tiene culpa que hoy se hunde al país con una delincuencia que maneja cuatro de cada 10 municipios y que mantiene al país con más homicidios, más desapariciones y más extorsiones, que nunca
¿Podemos pensar en Sheinbaum como una verdadera militante de la izquierda? ¿Podemos creer que la Cuarta Transformación ha recuperado las instituciones y los organismos que, fundados por el “Prian”, ahora revienta Andrés Manuel López Obrador?
Según el tutor de Sheinbaum se está rescatando Pemex y la CFE, aunque ambas empresas que conforman el monopolio estatal de energía sean ineficientes, produzcan menos que en 2018 y sigan muy endeudados.
López Obrador recibió al sector hidrocarburos con la misma deuda, pero con menos pérdidas, con varias de la refinerías trabajando con valor, y con fuertes inversiones privadas que podrían haber sacado a flote a la petrolera cuyos activos valen ya menos que sus pasivos.
A Sheinbaum en Chiapas le estrellaron en la cara la realidad del “mejor sistema de salud del mundo”: No tiene medicinas, no tiene buena atención y en suma, está muy por debajo del nivel de 2018, que la verdad no era para presumir.
La diferencia entre Nicaragua y Costa Rica, dos países vecinos, ambos con un gran potencial turístico y recursos naturales, es un buen ejemplo. El PIB per cápita de Costa Rica es seis veces superior al de Nicaragua con 20% más territorio y más población.
Costa Rica es una de las democracias más sólidas de América y tiene un sistema de salud ejemplar, muy superior en calidad y operatividad al de México; Nicaragua es una dictadura castrochavista y su sistema de salud es miserable, por decir lo menos.
Cuando escucho esa tontera que la izquierda mexicana de la “Autosuficiencia Alimentaria”, me traslado a 1980 al llamado Sistema Alimentario Mexicano de José López Portillo, que solamente logró endeudar al país y nos hizo descubrir que el petróleo no se come.
También escucho el lema de Luis Echeverría, “que sólo los caminos queden sin sembrar”, que justificó la tala de bosques, incluso el incendio de bosques sin aprovechar la madera y todo para que México siguiera siendo un gran importador de maíz.
Dice el dicho popular, “perro que da en comer huevo, man que le quebré el hocico”, y Claudia, la comunista de cafetería de los años 80, la niña que víctima de bulling en la primaria judía, la comunista del CEA, tiene su plan C: Comunista y corrupción, no hay más
Dice: “Queremos las dos terceras partes de la cámara de diputados, las dos terceras partes de la cámara de senadores y las dos terceras partes de los congresos locales ¿por qué ese número? Porque eso es lo que se necesita para cambiar la Constitución”.
Y ¿Para qué quiere cambiar la Constitución, para volvernos un país castrochavista? ¿Para dejar “atrás los tiempos de las privatizaciones. ¡Eso ya no!”? ¿Para acabar con el derecho a la propiedad, al libre tránsito, al empleo, como el Cuba?
Y la candidata de las mentiras y su mundo al revés quedan con estas frases: El ex gobernador de Luisiana, Huey Long, dijo en 1935: “Cuando el fascismo llegue a América será llamado antifascismo”.
Y algo más, de Winston Churchill, para anotar, por si no se han dado cuenta: “Ningún sistema socialistas es establecido sin una policía política”
