Mientras tú lees esta columna, es probable que un buque de carga esté siendo desviado miles de kilómetros por temor a un ataque terrorista. No se trata de una pelÃcula ni de un conflicto lejano sin conexión con tu vida.
Se trata de una guerra real que ya está encareciendo tus productos, tus seguros, tus alimentos y tus medicamentos. Y tú estás en medio de ella. Aunque no lo sepas.
Desde diciembre de 2023 y con especial intensidad durante 2025, los terroristas hutÃes —una milicia chiita armada y financiada por el régimen iran× han atacado embarcaciones comerciales en el Mar Rojo, una de las rutas más estratégicas del planeta.
El hundimiento reciente del buque Magic Seas, grabado como si fuera un tráiler de Hollywood, no es una excepción. Es un mensaje: los enemigos de Occidente están dispuestos a asfixiar el comercio global para golpear tu economÃa sin dispararte una sola bala directamente.
El Mar Rojo mueve alrededor del 12% del comercio mundial. Y cuando esa ruta es cerrada por misiles y drones suicidas, los efectos se sienten desde Shanghái hasta San Pedro Garza GarcÃa. Las grandes navieras —Maersk, MSC, Hapag-Lloyd— que trasladan contenedores para aca y oara alla de todo tipo de productos, han suspendido operaciones en la zona.
Los barcos están tomando rutas más largas y costosas alrededor del Cabo de Buena Esperanza, lo que eleva el precio del flete entre 300,000 y 500,000 dólares por viaje. Las aseguradoras ya están cobrando hasta 10 veces más por garantizar el paso en esa región.
¿Y qué tiene esto que ver contigo?
Todo.
Porque el alza en costos logÃsticos no se queda en altamar. Llega a tu supermercado. A tus repuestos automotrices. A los componentes electrónicos que necesita tu fábrica. A la ropa que importas. Al fertilizante que usas en tu agroindustria. A los medicamentos que dependen de una cadena de suministro global que hoy está en jaque.
En Monterrey, Ciudad Juárez y Tijuana, las industrias maquiladoras ya enfrentan retrasos e incrementos en los costos de exportación. Las cadenas logÃsticas están tensionadas. El impacto puede sentirse tanto en una lÃnea de ensamblaje como en los márgenes de una empresa que exporta a EE. UU. desde Nuevo León.
Este no es solo un asunto de Oriente Medio. Es una guerra estratégica. Una guerra económica. Una guerra ideológica.
Porque estos ataques no buscan solo hundir barcos. Buscan hundir el modelo de vida occidental. Porque para los hutÃes y sus patrocinadores en Teherán, que tú vivas en paz, que tengas una economÃa abierta, que defiendas a tu familia, que respetes a las mujeres, que creas en la libertad y en los valores judeocristianos… te convierte en su enemigo.
No se trata de alarmismo. Se trata de reconocer una verdad incómoda: Occidente está bajo ataque y la mayorÃa ni siquiera se ha dado cuenta.
El presidente Trump, en su segundo mandato, ha intensificado los ataques aéreos sobre objetivos hutÃes en Yemen, con apoyo del Reino Unido e Israel. Pero la guerra asimétrica continúa. Las milicias siguen operando. Y los misiles siguen cayendo.
Y lo peor serÃa que en medio de todo esto, los ciudadanos occidentales sigan diciendo: “eso no me afectaâ€.
SÃ, te afecta. Porque cada contenedor que se retrasa o encarece, te lo cobran. Porque cada buque que se desvÃa, impacta tus insumos. Porque cada ruta que se vuelve insegura, vuelve más caro el mundo en el que vives.
No es exageración. Es real.
Y es hora de que en México, y especialmente en zonas industriales clave como Monterrey y San Pedro Garza GarcÃa, empecemos a ver esto como lo que es: una amenaza directa a nuestra estabilidad económica. Nuevo León, como epicentro del nearshoring, tiene más que perder si no se anticipa.
Este no es un conflicto entre paÃses. Es un conflicto contra el sistema que te sostiene. Y si tú no lo entiendes, no podrás protegerte, ni tomar decisiones estratégicas para tu empresa, tu inversión o tu familia.
El orden global que permite que tengas acceso a productos, tecnologÃa, comercio y crecimiento está siendo atacado por el terrorismo. Parce un poco menos, pero cada dia crece más. Y si no reaccionamos con estrategia, con visión y con alianzas claras, terminaremos pagando el precio del silencio.
Porque los que nos odian por tener una cultura occidental, ya están hablando con fuego…