Adolfo González

EL SEXTANTE
El carácter de López Obrador se ha forjado en una mezcla del resentimiento del vencido con la soberbia del finalmente vencedor.


Se confirma que el grueso de los seguidores de la 4T es una masa amplia, pero con poco sentido crítico, lo cual es un arma de doble filo.


Lo más grave del "mal líder" que resultó ser López Obrador no es que ignora el daño que le está haciendo a México, sino que una mayoría ignora la realidad, o más bien la aplaude, de forma preocupante.


La realidad de los hechos no es más que un espejismo al lado de la grandilocuente pero vacía construcción de esos discursos de López Obrador. 



En 2018 pudo haber quien dijera que no se esperaba lo que AMLO ha hecho. En 2024, decir eso de Claudia, que es su herencia continuista, será imposible sin traicionar a la inteligencia más básica.


En una semana en que las acusaciones sobre los plagios de las tesis doctorales de las aspirantes a la presidencia coparon los medios, lo cierto es que los ciudadanos han ignorado el asunto.


Quizá los aspiracionistas quieran ver en la ex jefa de Ciudad de México el camino moderado que ya no tendrán con Ebrard. 


Una inmensa mayoría ha recibido a Sheinbaum como hija “natural” de AMLO, y acepta que todo es mentira menos las ayudas sociales. Mientras que si Ebrard se va de Morena sentirá mucho frío.


Difícilmente se puede afirmar que una Nación en la que el crimen campa a sus anchas tan indiscriminadamente, goza de libertad y democracia.


Todo el bullicio y el alboroto entre candidatos, tanto en la 4T como en la oposición, no parecen haber afectado a la opinión pública en ningún sentido.


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