Efraín Klériga

ACCIONES Y RAZONES
Desesperado, López Obrador hará a Xóchitl lo mismo que hizo Fox con él hace 18 años, y el efecto será el mismo: impulsar políticamente a su víctima.


La confianza mutua que basa la relación pueblo-gobernante, ya no existe y AMLO parece incapaz de respetar el orden constitucional.


López ha hecho todo para “bolivarizar” México, pero nunca entendió como se armaba el PRI hegemónico, ni parece darse cuenta que Trump es su única y lejana esperanza.


La frase “los demonios andan sueltos” vuelve a calificar la actualidad política del país 30 años después, y no es difícil distinguir ya los círculos del infierno.


Los aspirantes a presidente no solamente deben proponer, sino mostrar quién son, de dónde vienen y si realmente saben hacer lo que dicen.


AMLO quiere una nueva escuela en la que él sea un héroe de la Patria, y habla de conspiraciones y “cero tolerancia” al delito, luego que él mismo conspiró para una educación castrochavista.


AMLO intenta sumir a México en un mar de sangre al tiempo de imponer una dictadura fascista, pero solamente logrará sembrar el caos.


El gobierno de AMLO es un depredador del medioambiente, pero la indolencia ciudadana “le amarra la pata” del ecocidio que puso a México en un punto de no retorno.


La demencia, la mitomanía e inmoralidad del presidente y su Estado Mayor manejan al país depredando la economía y administrando la violencia a su antojo.


Todas las marrullerías de AMLO, las guerras de lodo, la auto victimización, su evangelio según el diablo, no tienen otra intención que preparar el terreno no perder en el 24 y para arrebatar si pierde.


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