Efraín Klériga

Fichas y corcholatas solamente enrarecen el panorama y permiten a AMLO esconderle a su público corruptelas y fracasos.

Y si nadie experimenta en presidencia ajena, más digno es callar que tratar de hacer pasar gatos por liebres.

Un plan fraguado en el que el váguido y el concierto de Rosalía fueron pasos magistrales para hacerse del poder ¿Conmemoran que Hitler se suicidó un 30 de abril?

Intentó de todo, hasta cantarle la bronca a EUA, pero sólo recuperó la agenda y pudo golpear la institucionalidad recurriendo a la lástima, pero le costó más de lo que cree.

El gobierno de AMLO parece haber entrado en una espiral descendente y ahora reclama cuando cumplen con sus propias reformas.

En busca del fentanilo perdido López Obrador podría encontrarse un vecino que desfaga el entuerto de Segalmex y la triangulación de petróleo y alimentos México-Venezuela-Cuba.

El mundo perfecto de AMLO es la opacidad, pero no logrará tapar los “muertos de Juárez” con un dedo.

El trato con dictadores castrochavistas y la enorme corrupción, hacen pensar que tanto AMLO como México ya vamos por el Camino a La Chingada.

El lema de “no somos iguales” resulta cierto porque por malos que fueron los gobiernos de EPN y FCH, al menos respetaron la democracia, mejoraron la salud y apoyaron la inversión.

Como dice la canción, en el mundo de López Obrador siempre es preciso decir otra mentira, además que muestra que no tiene idea de cómo salir de su atolladero.