EFE
Ciudad Juárez, 24 Nov.- En uno de los puntos de protesta a lo largo del día en las carreteras del país, los agricultores reiteraron que las movilizaciones no tienen tintes partidistas, sino que responden a un deterioro profundo del campo.
"No es un problema de partidos, es un problema estructural de la agricultura en México", advirtió uno de los manifestantes, que pidió mantener el anonimato.
Los líderes agrarios estimaron que hasta 17 de los 32 estados de México se han sumado a las protestas y que alrededor de un millón de tráileres están detenidos de manera voluntaria en todo el país.
Los agricultores afirmaron que no se retirarán hasta lograr acuerdos tangibles y exigieron que las mesas de diálogo se conviertan en negociaciones reales.
Además, bloquearon la entrada sur de Ciudad Juárez, cerrando la carretera Panamericana, donde exigieron mayor seguridad y cero asaltos en las rutas federales, al denunciar que la violencia contra los operadores va en aumento y no hay respuesta del Gobierno federal.
Sin embargo, la secretaria de Gobernación de México, Rosa Icela Rodríguez, afirmó que “no existe razón para mantener dichos bloqueos y manifestaciones” tras los cortes viales que transportistas y agricultores realizan en diversas carreteras del país.
La funcionaria señaló, durante una comparecencia de prensa, que “el diálogo ha estado permanentemente abierto y existe plena disposición para abordar los planteamientos de los sectores agrícola y transportista”.
Los agricultores mexicanos se manifiestan para exigir precios más justos en sus producciones y que no se apruebe la nueva Ley General de Aguas por la que las concesiones para el uso del agua no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la que las distribuya de nuevo.
SE SUMAN AGRICULTORES DEL NORTE DE MÉXICO
Agricultores en el norte de México se sumaron este lunes al bloqueo nacional con el cierre del acceso a varias aduanas fronterizas con Estados Unidos, en protesta contra los altos costos de producción, la falta de apoyos energéticos y el riesgo que representa la nueva Ley de Aguas Nacionales.
Así lo hicieron en el Puente Internacional Córdova–Américas, conocido como Puente Libre, uno de los más transitados entre Ciudad Juárez (México), en el estado de Chihuahua, y El Paso, en Texas (Estados Unidos).
Allí, uno de los agricultores movilizados, Gerardo Fierro, pidió comprensión a la ciudadanía y denunció desigualdad entre los productores mexicanos y estadounidenses.
“No somos delincuentes, no queremos más que trabajar, pero hay una injusticia como nunca nos había sucedido. En Estados Unidos un agricultor compra el diésel a catorce o trece pesos; nosotros lo estamos comprando a veinticuatro. Así no podemos competir", explicó a EFE.
Asimismo, Fierro aseguró que, además del costo del combustible, la posible aprobación de la nueva Ley de Aguas “complicaría gravemente” la transferencia de tierras y dejaría a productores sin derechos para usar pozos.
“El gobierno dice que el agua es del pueblo, y por eso la estamos defendiendo. Si venden un terreno sin agua, pierde su valor. Imagínese que un agricultor tenga que esperar tres años para recuperar un permiso. Es injusto", remarcó.
Por su parte, y desde el cercano Valle de Juárez, Fidel Mendoza Hernández, representante de la Junta Local de Sanidad Vegetal, advirtió en la misma aduana que la nueva Ley de Aguas “estrangularía” al campo mexicano.
“Nos harían delincuentes a la hora que nos cancelen los títulos de los pozos. Ya no podríamos ejercer lo que hemos hecho nuestros padres y abuelos. No tenemos prórrogas, no dan los títulos a tiempo, no hay apoyo para la energía eléctrica, no hay apoyo al diésel ni a los insumos. Es muy difícil ya producir en México”, señaló.