Uno de los hechos más traumáticos que puede experimentar una mujer durante su vida es enfrentarse a una violación o abuso sexual.
Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del 2022, en México se registran 2 mil casos de violación al mes en promedio (66 violaciones al dÃa en promedio), y en más de nueve de cada 10 delitos sexuales las vÃctimas son mujeres. El problema es grave.
A pesar de que la violación las marcará para siempre, las vÃctimas en muchas ocasiones se quedan calladas antes de denunciar, ya que influye desde el entorno familiar hasta el concepto que se tiene del sistema de justicia penal, no sólo en México, sino a nivel internacional.
Aunado a la experiencia traumática que vivieron, cuando las vÃctimas se deciden a hablar o denunciar suele ser muy tarde y es más difÃcil lidiar en los tribunales, pero peor serÃa que se queden en el olvido.
Y más aún, contrario a lo que se piensa sobre el cómo deberÃa de reaccionar una vÃctima ante una violación, en muchos casos la vÃctima se queda inmóvil, paralizada, literalmente congelada, por lo que se ve impedida a oponer resistencia. ¿Pero qué pasa en realidad por la mente de la afectada?
Lo cierto es que gran parte de las mujeres, al enfrentarse a una violación, puede experimentar una parálisis involuntaria que bloquea los sentidos. Según estadÃsticas, en un estudio del Instituto Karonlinska de Suecia publicado en 2017, se encontró que la "inmovilidad tónica", como la llaman los cientÃficos, puede ser más común de lo que se pensaba.
La investigación arrojó que el 70% de las vÃctimas experimentó este tipo de inmovilidad ante una violación y el 48% lo hizo en un grado extremo.
Después de este hecho traumático, la vÃctima no sabe cómo enfrentar a su familia, al miedo a ser señalada en el entorno social; cómo explicar lo que no se puede expresar con palabras, cómo superar un ataque asÃ.
Cómo hablar ante las autoridades, que malinterpretan el que una mujer declare "que se quedó congelada o "que perdió el control"; cómo explicar a los sistemas de justicia una reacción que no se eligió conscientemente.
La "inmovilidad tónica" es un tema del que se habla poco, ya que se da por hecho que la vÃctima reaccionará a la agresión y automáticamente se defenderá, pero me gustarÃa citar un artÃculo del New York Times, donde Jim Hopper, psicólogo clÃnico y profesor adjunto de la Universidad de Medicina de la Facultad de Harvard, explica que "las vÃctimas sienten vergüenza y se reprenden a sà mismas por no luchar o huir ante las suposiciones del comportamiento que la sociedad espera de las vÃctimas".
Y aunque la parálisis deberÃa de tomarse como una reacción normal, ya que es consecuencia de nuestra evolución como estrategia básica de defensa, indica Hopper, falta mucha comprensión en los tribunales, ya que las mujeres son juzgadas y hasta señaladas "culpables" por el hecho de no haberse defendido.
Por eso, el psicólogo se ha dedicado en los últimos años a describir el comportamiento de las vÃctimas basado en la neurociencia y la evolución: "si podemos entender cómo responde nuestro cerebro a la amenaza o ataque podemos ayudar a validar las respuestas de las vÃctimas a las agresiones sexuales y sus recuerdos con la credibilidad de la ciencia", indica.
Esto es valioso, ya que poco a poco se intenta cambiar el sistema de justicia y el entrenamiento que se les da a los policÃas que interrogan a las vÃctimas, pues se han cometido graves errores al juzgarlas y dejar a los agresores en la impunidad.
Es un proceso lento, pero hay esperanza de que la justicia trabaje a la par de la ciencia en estos casos y estas investigaciones sean de gran utilidad ante las situaciones legales que enfrentan las vÃctimas en estos casos.