¿A dónde vamos a parar?

Juan Palacios

APOTROPAICO
Si seguimos el ritmo que hoy nos están imponiendo los políticos, principalmente Andrés, vamos a acabar como se augura que lo harán los estadounidenses: en una especie de guerra civil. 
29/02/2024

El presidente López Obrador disparó una guerra de filtraciones de los teléfonos de distintos miembros de la clase política mexicana luego de que él filtrara el de una corresponsal del New York Times en la mañanera y señalara que su autoridad moral y política le da para estar por encima de la ley de protección de datos personales y parece que de otras tantas leyes.

Algunas de las filtraciones más parecían goles en portería propia para señalar la “hipocresía” de los “fachos” que se arrogaban la misma capacidad de filtración que el presidente de la república.

Hay quien dice que esta situación fue perfectamente calculada por Andrés para acallar el hashtag que se había sostenido durante semanas en las redes sociales en el cual se le tachaba de #NarcoPresidenteAMLO, el cual si bien no desapareció de las redes, sí pasó a ser una noticia menos relevante en los medios tradicionales que reaccionaron con espíritu de cuerpo ante una amenaza desde el poder, por la violación de la secrecía de sus datos.

No voy a entrar en esa discusión, cada quién sacará sus conclusiones, quienes dicen que el presidente es un genio de la comunicación dirán que fue una excelente forma de hacer un control de daños, mientras que quienes están en contra de las posturas presidenciales asegurarán que en realidad el AMLO se siente tan acorralado, que está actuando con desesperación.

Lo que me parece más relevante que esa discusión, es la polarización que se refleja cada vez con mayor virulencia entre los bandos políticos del país, ya que seguramente desembocará en conductas violentas durante la cada vez más próxima jornada electoral de este 2024. Esto independientemente de la violencia que ya generan los grupos del crimen organizado contra candidatos y partidos que no resultan de su agrado o que no comulgan con sus intereses.

Algo así como en los partidos de futbol, en el cual los aficionados llegan inclusive a provocarse daños físicos que pueden desembocar hasta en la muerte, como hemos visto recientemente, mientras que los jugadores una vez que termina el juego olvidan las afrentas sufridas en el campo y viven su vida como los profesionales del futbol que son.

Los políticos se comportan así, como profesionales, por eso cambian de camiseta como los jugadores de equipo, van hacia donde ven oportunidades de inserción laboral y de obtención de algún grado de poder.

Pero los ciudadanos debemos ser conscientes de esta situación y actuar en consecuencia, es cierto que como especie, los humanos hemos evolucionado para sentirnos parte de algo de forma más emocional que racional, por eso quienes mejor alcancen nuestros sentimientos son quienes logran más votos.

Pero, pese a ello, si seguimos el ritmo que hoy nos están imponiendo los políticos, principalmente Andrés, vamos a acabar como se augura que lo harán los estadounidenses: en una especie de guerra civil.

Esperemos que no llegue la sangre al río y los ciudadanos ejerzamos el poder que tenemos, que en esta democracia es bastante limitado: el voto, un arma que más nos vale usar de la mejor forma posible porque puede que solo tengamos una oportunidad.

P.S. Sí, el título del artículo es el de una canción.

jpalacios@mobilnews.mx



JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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