Cada vez resulta más claro que la presidenta Claudia Sheinbaum está sola y que son muchos los políticos de la 4T que no respetan su investidura y se creen con los mismos derechos que ella para quitar y poner, para hacer y deshacer.
Si bien siempre se comentó lo del “solitario (en este caso solitaria) de palacio”, ese dicho se refería a la soledad en la cual se ejercía el poder, no al hecho de que no tuviera quién apoyara y sirviera al presidente en turno.
El viernes pasado fuimos testigos de cómo la presidenta tuvo que responder directamente a un abogado, el de Ovidio Guzmán, quien acusó al gobierno mexicano, y a ella en lo particular, de proteger el negocio del narcotráfico, ejemplificando con el caso del general Cienfuegos. Precisamente por ello el título de este texto.
Salvo su antecesor, que tenía el dominio total de su movimiento, a ningún presidente mexicano se le habría ocurrido contestar a tal personaje, no digamos ya de tercera fila, sino quizá ni siquiera dentro del horizonte de la visión presidencial.
Sin embargo, nadie salió a sacar el pecho por la presidenta y ella tuvo que entrar al tira tira del cual hoy, todo indica, se arrepiente y asesorada sabrá dios por quién, decide anunciar una demanda en contra del abogado en cuestión. Cosas veredes.
Dicen que toda crisis es al mismo tiempo una oportunidad, que cada reto trae consigo la oportunidad de superarlo, esperemos que ello sea así por el bien de la presidenta, ojalá y entienda lo que cada vez parece más evidente: que ella será el chivo expiatorio de todas las situaciones derivadas de los errores del gobierno anterior, que fue elegida como cordero pascual en el rito de la 4T y de ser necesario, sacrificada en su altar.
La presidenta debe entender, y aprovechar, las presiones de Washington para quitarse la mayor parte del lastre que le impide llevar a cabo el gobierno que quizá se imaginó y no ser simplemente el puente entre Andrés y Andy, además de un peón sacrificable en el tablero político de su antecesor.
Claudia Sheinbaum puede evitar ser quien pague por la podredumbre que el hermano de YSQ dice que está saliendo en Morena, dejando que la ley se aplique a todos aquellos que la han quebrantado y que por decisión de otro tienen cotos de poder hoy.
Que paguen quienes no se han disciplinado a la presidencia, sino que sienten que tienen tanto o más poder que ella, suficiente para quedar impunes de sus andanzas y, además, lograr nuevos espacios de poder, por ejemplo, algunas gubernaturas.
Requiere imitar a su admirado antecesor, ser un tipo de político que antepone a todo sus propios intereses, sin importar si otro debe pagar por ello. Sheinbaum tiene la oportunidad hoy en caso de que verdaderamente quiera transitar por su propio sendero y no por el de YSQ.
No es fácil tomar la decisión, Claudia ha estado demasiado tiempo a la sombra de aquél, pero hoy tiene la más alta posición en la pirámide del poder, ejercerlo o no, es su potestad. Veremos qué decide.
