Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
López Obrador se exhibe como la mejor prueba de la traición a sí mismo y a sus seguidores en el enorme abismo entre lo que dice y lo que hace.


Si les va bien el Presidente figurará en los libros de texto como estudio de caso de lo que no se debe hacer en la gestión gubernamental y en el liderazgo de una nación: ¡combatir al combate a la corrupción!



La atmósfera de violencia en la que todos los mexicanos convivimos no tiene nada de normal, nos carcome lentamente, ¿por qué no reconocemos el problema y lo enfrentamos?


Los debates revelan personalidades de los contendientes: las de Xóchitl y Claudia son perfiles opuestos en lo emocional e intelectual. La de Jorge ha sido una sorpresa para mucha gente.


Al arranque de su gobierno, su voz sonaba firme y retumbaba en las paredes del Salón Tesorería del Palacio Nacional, hoy el cansancio físico y mental es evidente.



No percibo en políticos y futbolistas un sentido de pertenencia a la institución en que militan, de trabajo en equipo ni apego a una ética del deportista o el servidor público.


Que la crisis provocada por AMLO con Ecuador no lo distraiga de los graves problemas sin resolver por su gobierno en nuestro México.


Si los candidatos se enfrascan en una batalla campal, el debate va a resultar completamente predecible, airado e inútil como herramienta de información para los electores.


La lista de atentados y asesinatos a candidatos en campaña, de varios partidos políticos y el abandono de candidaturas crece día a día en tanto los demás candidatos continúan en sus campañas.


Defendamos a nuestra “frágil democracia” (como la nombra José Woldenberg) del autoritarismo del presidente prorruso López Obrador, Morena, y su asalto al régimen democrático.


Contenido reciente