Apagón general

Adolfo González

NAVEGANDO A ESTIMA
El verdadero apagón está en la cultura y la educación cívicas, en nuestra actitud como ciudadanos. O les exigimos a los gobernantes que asuman su responsabilidad o vamos de cráneo.
30/04/2025

“Es calamidad de los tiempos cuando los locos guían a los ciegos”, William Shakespeare (El rey Lear).
 
Como saben, escribo desde España, aunque mis vínculos con México son profundos. Supongo que sabrán también que acá todo el país sufrió un apagón eléctrico que dejó sin luz a todo el país durante unas 18 horas. Las explicaciones de nuestro gobierno han sido nulas, intentando echar balones fuera y por supuesto eludiendo su responsabilidad. Se ha escuchado por aquí que esto ha sido tercermundista, como si, por desgracia, pudiéramos decir ya que España es “primer mundo” con el empobrecimiento de la clase media que sufrimos y el deterioro institucional que padecemos. Ambas cosas suceden también en México. Las teorías sobre el apagón han ido de lo surrealista a lo conspirativo, incluyendo ciberataques y experimentos sociales. Claro que las explicaciones oficiales dieron menos luz que el sistema eléctrico, porque el suministro de responsabilidad hace tiempo que parece que no le llega a nuestras clases políticas, a ambas orillas del Atlántico. Cualquier cosa puede pasar si sabemos que el supuesto responsable miente por sistema.

Por supuesto, no faltaron los repentinos eruditos en materia energética aportando en redes sociales las justificaciones y soluciones más disparatadas. Y es que la cultura de los ciudadanos también está en pleno apagón. Hace pocos días vi en redes un video en el cual una chica se preguntaba, ante la tumba de Napoleón, si era necesario que fuera tan majestuosa solo por haber descubierto América. Ese es el nivel. Lo relevante es que es de suponer que si la turista tuvo la posibilidad de viajar hasta París, no es ninguna paria de la tierra. Me recordó a un libro que leí hace algunos años que recopilaba respuestas disparatadas de estudiantes en exámenes. Por ejemplo, que Aníbal era un general “cartilaginoso”, que un polígono era “un hombre con muchas mujeres”, o que los movimientos del corazón eran el de “rotación y el de traslación”. La mejor, ahora que el Vaticano es noticia: que la fe es aquello que nos da Dios para poder entender a los curas. La cosa es que con esos mimbres pedirle a la ciudadanía criterio y juicio a la hora de elegir o escrutar a sus gobernantes es pedirle peras al olmo.

Cambiemos momentáneamente de materia. En seguridad, en México continúa la tendencia a la baja en los homicidios dolosos, según nos muestra SABA en su monitoreo semanal, que se basa en los datos oficiales del gobierno. Bueno, seguimos mal, pero mejorando, y aún muy lejos de los niveles deseables. La pasada semana fueron 386 los mexicanos que perecieron en esas circunstancias, lo cual es evidentemente de lamentar. Pero si los comparamos con los 568 que representó el pico máximo, justo la semana anterior a la salida de AMLO, es claro que la evolución es favorable dentro de la gravedad. Si hubiera un equipo médico a cargo de ello, seguramente el pronóstico sería reservado. Lo preocupante son declaraciones de intenciones que, desde la presidencia, podrían hacer pensar en un cambio de estrategia (más bien un ablandamiento), que no tiene sentido alguno a la vista de los resultados. Claudia y Harfuch sabrán, no abundaremos en ello, porque ya lo hicimos la pasada semana.
 
Se preguntará el lector qué tienen que ver entre sí elementos tan aparentemente dispares como la energía y la seguridad. En el fondo, más de lo que parece. Pero en lo que aquí nos atañe, ambas comparten una cuestión capital: la de la responsabilidad. Esta ha sido objeto de estudio filosófico desde tiempo inmemorial, y eso ha hecho que en las leyes se prevean casos de sujetos no responsables, sea por circunstancias ajenas o por su propia condición. Aquí lo grave es que, de unos años a esta parte, se está extendiendo entre los gobernantes una especie de “no responsabilidad por decreto”. No hablo de impunidad, que también, sino de una suerte de aceptación por parte de la ciudadanía de que jamás de los jamases un gobernante asumirá su cuota de obligaciones.
 
Sin embargo, siempre hay una excusa o un culpable externo, un tercero, un imponderable, algo imprevisible que sirve de parapeto a los que, como mandatarios, son siempre responsables (dolosos o no) de lo que suceda. Si no lo quieren así, que se dediquen a otra cosa. En el campo energético, la historia de México es larga en su mal manejo. Pero no hace mucho vi y escuché a Claudia decir que lo mejor para pagar menos factura de luz era gastar menos electricidad. Tanto tiempo esperando a una científica en la presidencia para eso. En España, después de que el culpable oficial de la subida de los precios (no sólo de la luz) fuera Putin, ahora ha pasado a ser Trump. Pero, para que se hagan una idea, un informe reciente de la CEOE (los empresarios españoles) estimaba en 1900 millones de euros anuales el coste de las políticas arancelarias del gringo. Este lunes, en un solo día, se perdieron 2000 en costes directos, sin contar el lucro cesante de los días siguientes. ¿Quién se hará responsable? Les aseguro que nadie, y la peor noticia es que la culpa es nuestra.
 
Nuestros desvelos deberían tener por objeto la implantación de medidas y mecanismos que, casi en automático, obligaran a asumir sus actos a quienes nos desgobiernan, en materia energética, en seguridad y en cualquier otra parcela. Pero, y aquí está el quid de la cuestión, tanto en México como en España lo que pretenden las altas instancias es tener bajo control a la judicatura. Por distintos caminos pero con el mismo destino. Y así siguen, pasando el Rubicón ante nuestras narices, mientras haya quien piense que Napoleón descubrió América y otras lindezas. Porque el verdadero apagón está en la cultura y la educación cívicas, en nuestra actitud como ciudadanos. Cada segundo sin suministro eléctrico es responsabilidad, y quizá culpa, de Pedro Sánchez. Cada uno de los 386 mexicanos asesinados la pasada semana quizá no son culpa, pero sin duda son responsabilidad de Claudia Sheinbaum. O les exigimos que la asuman o vamos de cráneo.

adolcafe@yahoo.es



ADOLFO GONZÁLEZ es Historiador, reside en España, y es analista político especializado en la interpretación de la metodología de Saba Consultores de medición de la opinión pública. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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