La reciente difusión del reporte 2025 de V-DEM (Variedades de la democracia) sobre el estado de la democracia en el mundo merece no sólo comentarlo, sino también comparar algunos de sus resultados con las encuestas del estudio Latinobarómetro, realizadas en la región de América Latina y el Caribe. Como hice hace poco con los Ãndices de corrupción percibida, se trata de una comparación de las percepciones de expertos con las de la ciudadanÃa en su conjunto.
El reporte V-DEM, que prepara un equipo de investigadores con sede en la universidad de Gotemburgo, en Suecia, se basa en Ãndices de democracia calculados a partir de las evaluaciones y opiniones de expertos. Las categorÃas del análisis diferencian a las democracias liberales y las democracias electorales, asà como a las autocracias electorales y las autocracias cerradas.
En el reporte hay tres paÃses latinoamericanos que se catalogan como democracias liberales: Costa Rica, Chile y Uruguay. Son los únicos tres casos de la región que entran en ese grupo, con paÃses como Australia, Dinamarca, Suecia, España, Suiza y Estados Unidos, entre otros.
No obstante, Chile y Uruguay rankean en un subgrupo de democracias liberales de menorcategorÃa, junto con Francia e Italia.
A pesar de esa leve diferenciación, las democracias liberales son los casos de mayor desarrollo o éxito democrático, por decirlo de alguna manera.
Más abajo aparecen las democracias electorales, que se subdividen a su vez en las de categorÃa alta, mediana y baja.
En la primera aparecen paÃses como Reino Unido y Canadá, pero ningún paÃs de América Latina.
En la categorÃa intermedia sà hay un buen número de paÃses latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú, en compañÃa de paÃses como Croacia, Polonia y Ghana. Según esta métrica, la mayor parte de América Latina está en un punto medio de desarrollo democrático.
En la categorÃa baja de democracias electorales aparece México, junto con Honduras y paÃses como Kenia, Namibia, Nigeria y Zambia.

México es uno de los varios paÃses que ha venido bajando su score de democracia en las mediciones de V-DEM. Si se observan los resultados desde 1974, el paÃs se catalogaba como una autocracia electoral, y a finales de los años 90 pasó a ser una democracia electoral, categorÃa en la que permaneció durante dos décadas. En los últimos dos años ha descendido a la categorÃa baja del grupo, acercándose a la frontera de la categorÃa de autocracia electoral.
Entre las autocracias electorales aparecen El Salvador, Nicaragua y Venezuela, junto con paÃses como HungrÃa, India y Rusia, entre otros.
Finalmente, el reporte señala un grupo de autocracias cerradas, en el cual no se encuentra ningún paÃs latinoamericano, y que incluye a paÃses como Bielorrusia, Rusia, China, Arabia SaudÃ, entre otros.
Las evaluaciones de expertos sobre México marcan un retroceso en democracia, y no sobra decir que México no ha tenido el estatus de democracia liberal en ningún momento.
Cuando contrastamos con las opiniones de la gente, con el estudio Latinobarómetro 2024, la sociedad mexicana percibe un paÃs más democrático de lo que señala el reporte V-DEM.
Esa discrepancia es la segunda más alta, después de El Salvador, donde la gente da un score de democracia alto, pero el reporte V-DEM lo pone muy bajo. En Venezuela sucede algo similar, pero en el resto de los paÃses la discrepancia entre ambos indicadores es más modesta.
Tanto en México como en El Salvador y en Venezuela, la población percibe más democracia de lo que ven los expertos. Interesante fenómeno a interpretar.
Hay un aspecto que la encuesta arroja y al cual vale la pena regresar: las generaciones más jóvenes de mexicanos son las que perciben menos democracia en el paÃs. ¿Será asà porque son más exigentes, o porque la democracia pesa menos en sus prioridades y valores?
Tema para otra ocasión.