Este domingo, todo Medio Oriente contiene la respiración, a la espera de ver si esto marca el principio del fin de este conflicto, o el comienzo de una fase aún más mortÃfera de la guerra. Señaló en su informe Jo Floto, jefe de la oficina de Medio Oriente de la BBC, desde Jerusalén.
El sábado pasado, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escribió en su red social Truth Social. “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas Fordo, Natanz e Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iranÃ".
En una declaración televisada posterior, el presidente estadounidense añadió: "Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y un alto a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo".
Y describió los ataques como un "éxito militar espectacular" que produjo la destrucción "completa y total" de las tres instalaciones nucleares.
Por su parte, la semana pasada, el lÃder supremo de Irán prometió devolver el golpe a Estados Unidos si entraba en guerra. "Los estadounidenses deben saber que cualquier intervención militar de Estados Unidos irá acompañada sin duda de daños irreparables", declaró el ayatolá Alà Jamenei.
El sábado mismo, los hutÃes de Yemen -aliados incondicionales de Irán- amenazaron con atacar los buques estadounidenses que transiten por el mar Rojo si Estados Unidos entraba en guerra.
El personal militar, las empresas y los ciudadanos estadounidenses de la región son ahora objetivos potenciales. Irán puede contraatacar de múltiples maneras, si asà lo desea, atacando buques de guerra estadounidenses o bases en el Golfo, e interrumpiendo potencialmente el flujo de petróleo desde el Golfo y disparando el precio de la gasolina.
Estados Unidos ha señalado que, por ahora, su acción militar ha terminado y que no tiene interés en derrocar al gobierno de Teherán.
De acuerdo con el análisis de Jo Floto, esto último puede animar a Irán a limitar su respuesta, tal vez atacando objetivos estadounidenses de forma que no se produzcan muchas vÃctimas, o utilizando aliados en la región para hacer lo mismo. Pero la tensión sigue. (bbc.com)
Ante estos hechos, la presidenta Claudia Sheinbaum fijó la postura del gobierno de México señalando: “Un hombre sabio, el Papa Francisco, dijo algo que resulta sumamente pertinente en este momento: ‘La guerra es el mayor fracaso de la humanidad. No hay futuro en la destrucción sino en la fraternidad. La paz no es solo ausencia de guerra es la construcción de la justicia’.
México, señaló Sheinbaum, será siempre factor de paz. Nuestra Constitución, en su artÃculo 89 fracción X, enumera los 8 principios con base en los cuales el Poder Ejecutivo Federal debe conducir la polÃtica exterior de México: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacÃfica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurÃdica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
“Naciones Unidas debe ser hoy más que nunca la institución que llame a la construcción de la paz.â€
Hasta ahà la postura del gobierno mexicano. La lección que nos queda como sociedad, que habita un mundo cada vez más globalizado y abierto, es la necesidad urgente de reforzar y potenciar los mecanismos multilaterales ya existentes, partiendo de la Organización de las Naciones Unidas.
Algunas acciones que alejarÃan la tentación de las guerras serian: Promover y fortalecer la diplomacia preventiva en la gestión, contención y solución de los conflictos; reformar las operaciones de mantenimiento de la paz; impulsar la negociación y puesta en marcha de acuerdos globales de desarme y control de toda clase de armamentos y apoyar los mecanismos de arreglo pacÃfico de controversias.
El mundo será más seguro si conseguimos unirnos en la tarea de reforzar esos mecanismos y los instrumentos multilaterales encargados de promover la paz y el respeto a los derechos humanos.