Durante los últimas dÃas dos temas han sido dominantes en el ámbito nacional: la postura del expresidente Ernesto Zedillo en torno a la instauración de una autocracia en el paÃs y la carta que la presidenta Claudia Sheinbaum presentó a sus correligionarios en la cual expone una especie de código de conducta.
El primero de los temas nos dejó ver la diferencia de puntos de vista de algunos analistas ligados a la 4T, como Gerardo Esquivel, ex vicegobernador del Banco de México y Héctor Aguilar CamÃn, plenamente identificado como no afÃn a la corriente dominante hoy en el ámbito polÃtico nacional.
Las posturas mantenidas por ambos nos dejan ver, desde mi perspectiva, el por qué la votación mayoritaria de los mexicanos se decantó en las últimas dos elecciones presidenciales por representantes de la 4T, sin entrar en la discusión de que si en 2024 hubo una elección de Estado o no.
Mientras que Esquivel detecta muy bien el hecho de que Zedillo se convierte en distractor de temas como la inseguridad, la economÃa y la polÃtica del dÃa a dÃa, Aguilar CamÃn asegura que no hay un tema más importante que el de la democracia, asà en abstracto.
Si bien en principio se pudiera coincidir con Aguilar CamÃn en una perspectiva de largo plazo, la realidad es que la gran mayorÃa de los mexicanos adultos, y con responsabilidades para con una familia, se enfrenta a una situación de angustia cotidiana en la cual lo más importante es sobrevivir, tanto por lo que respecta a la seguridad, como principalmente en lo referente al ámbito económico.
En pocas palabras, lo importante para muchos mexicanos es el corto plazo, de ahà que los apoyos económicos del actual régimen sean vitales para muchos y que la economÃa deberÃa ser el tema fundamental. La mayorÃa aplica la premisa de que en el largo plazo todos vamos a estar muertos. Punto para la 4T.
El segundo tema tiene que ver con la ya abierta pugna entre los diferentes liderazgos al interior de ese movimiento, para nadie es un secreto que el lÃder máximo de este es Andrés Manuel López Obrador, aún y cuando hoy no aparezca fÃsicamente por ningún lado.
Quienes se sienten sus representantes se ven con los tamaños de retar a la presidenta Sheinbaum quien recibió el bastón de mando, en más de una ocasión, de manos de su antecesor en el puesto que hoy ocupa.
Adán Augusto y su pupila, Andrea Chávez, se sienten con lo necesario para deslindarse de las indicaciones de la presidenta y retarla por lo que a la sucesión en Chihuahua se refiere, en donde la campaña anticipada de la senadora Chávez incluye financiamientos poco claros.
Monreal y su clan andan en las mismas, están seguros de que al final de cuentas se saldrán con la suya, ya que consideran tener la fuerza para ello. Lo mismo que Félix Salgado Macedonio quien aspira a suceder a su hija en la gubernatura de Guerrero. Del partido Verde o el PT ni hablar se requiere.
Andrés López Beltrán, por su parte, se siente EL heredero de su padre y único representante digno de ese nombre. En esta pugna Morena puede salir muy dañada o, por el contrario, convertirse en lo que hoy es el partido hegemónico en Cuba, con quien por cierto acaba de firmar un convenio.
Sheinbaum debe estar preocupada ya que tiene frente a ella su lÃnea Maginot y puede ser su caÃda anticipada.
No tardaremos mucho en ver qué sucede. ¿Punto para quién?