Cuando se realiza un análisis de lo que sucede en el plano nacional, por necesidad y por naturaleza del propio análisis, se acaba por obviar muchas situaciones que se presentan en la realidad, con lo cual se empobrece el análisis mientras se gana en “claridad” comunicativa.
Así sucede, creo, con la forma en que se está analizando lo que pasa al interior de Morena, donde distintos actores políticos intentan meter mano en las decisiones o al menos aparentar que tienen la capacidad para hacerlo.
Además, dado que difícilmente se puede acceder a los entretelones del poder, se utiliza a algunos medios de comunicación para enviar mensajes cifrados dirigidos a encauzar la imagen en el sentido que a uno u otro actor interesa.
Así por ejemplo, según los análisis que se realizan acerca de la salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República, tanto puede ser un acto de fuerza y de afirmación de la presidenta, lo cual resulta obvio para quién eso piensa o realiza un análisis en ese sentido, como una decisión de YSQ mediante la cual defenestró al hoy exfiscal debido a que se atrevió a investigar a sus protegidos o cercanos.
Inclusive la aparición del expresidente en un largo video da para poder interpretar que amenaza a la presidenta, marcándole una línea de poder para que no olvide quién manda aquí, como para quienes desean pensar que efectivamente este personaje se ha retirado ya de la política, y todavía hay quienes aseguran que sale porque teme verse involucrado en futuras investigaciones promovidas por Trump y su equipo. Hay de todo, como en botica.
Lo mismo sucede con el futurismo que ya impregna la mayoría de los análisis político-electorales, ya que se intenta descifrar quién lleva mano en la definición de candidatos, ahí están las declaraciones de Rubén Rocha, el gobernador de Sinaloa en el sentido de que él no ganó la encuesta, sino que la decisión provino de su amigo el expresidente, como dando a entender que él será quién decida la sucesión en ese estado.
Hay quienes, por otra parte, se inclinan a pensar que será en 2027 cuando, mediante la definición de candidatos, Sheinbaum afianzará su poder al frente del gobierno federal. Ambas posturas obvian que Morena no es un bloque granítico, sino un conjunto de actores políticos con muy diversas motivaciones e intereses diversos que seguramente intentarán influir en las decisiones finales, “convenciendo” al centro de que la de ellos es la mejor opción posible.
Siendo claros, el análisis de la política mexicana se parece más a la observación de lo que se llama “caja negra”, no la de los aviones, sino aquella en que se conoce lo que entra y lo que sale, sin embargo el proceso que sucede al interior de la “caja” es desconocido, por lo que los observadores debemos más o menos imaginar o, si se quiere, “deducir” aquello que sucedió al interior.
Así es que cuando nos lea a aquellos que damos nuestras opiniones e interpretaciones en los medios de comunicación, aunque digamos que tenemos fuentes bien informadas, entienda que lo que hacemos es un análisis y presentamos una simplificación de la realidad, un acercamiento a ella, pero al final de cuentas es solamente una versión de los hechos, la verdad cómo tal, difícilmente sale a la luz, a menos que se filtre algún expediente judicial y todavía así, hay que tomarlo con pinzas.
Siempre hay que estar alertas.
