En una entrevista con Azucena Uresti realizada hace unos dÃas, Jorge Romero Herrera, presidente nacional del Partido Acción Nacional, señaló que en Nuevo León habrá sorpresas y que no irán en alianza con el PRI.
Se refirió a Policarpo Flores como su amigo, pero señaló que las decisiones del partido las toma el CEN, en otras palabras, que las decisiones las toma él y de ninguna manera los panistas de Nuevo León.
La estrategia de los mandamases del blanquiazul en el estado, la llamada santÃsima trinidad, para mantener el poder ha consistido en no dejar que alguien de ese partido llegue a la gubernatura debido a que de inmediato se transformarÃa en el lÃder “natural†del instituto polÃtico, de ahà que su modo de trabajar consiste en mantener ciertos cotos de poder que les permite gobernar en alguno de los municipios y mantener control del Congreso local o al menos un poder que les ofrece beneficios y no nos referimos necesariamente a económicos aunque estos no se descarten.
De concretarse lo anunciado por Romero Herrera, como en la canción, “la vida les dará sorpresas†a los miembros de esa llamada santÃsima trinidad, ya que con las decisiones que se tomarán, seguramente el poder cambiará de manos.
En sentido figurado, los miembros de la santÃsima trinidad serán vÃctimas de un “golpe de estado†que los dejará fuera del poder, al menos del tipo de poder al que actualmente están acostumbrados. Uno que les permite tomar todas las decisiones importantes dentro de ese partido.
Todo esto lo veremos en el contexto del relanzamiento del PAN, el cual parece consistir en la centralización de las decisiones en el CEN, como si este hubiera sido exitoso en lo que ha emprendido el grupo que lo lidera desde hace algunos años y cuya estrategia es muy similar a la de la santÃsima trinidad por lo que respecta a cuidar espacios de poder.
Consideramos que, aunque formalmente la santÃsima trinidad acepte las decisiones centralistas, lo más probable es que estas se “obedezcan, pero no se cumplan†como dicen los historiadores que era ley durante el virreinato.
No serÃa descartable que el candidato elegido por los panistas del centro sea ignorado en la práctica por los grupos de poder locales, ya que seguramente verán en su designación una imposición a la cual no están acostumbrados.
Si bien no se concretarÃa la alianza PRIAN, lo más probable sea que el panismo local se cierre en banda y apoye solamente a sus propios candidatos en puestos de menor jerarquÃa que en la gubernatura, dejando al garete al candidato centralista, por muchas instrucciones que lleguen de la CDMX.
Asà es que si bien la vida dará sorpresas a la santÃsima trinidad, puede ser que los altÃsimos del PAN se queden sin lograr sus objetivos y veamos un nuevo escenario local a partir de 2027. Un escenario que irÃa con los atentos saludos de la gente del norte para los del centro.
Lo interesante será ver qué y con quién negocia la santÃsima trinidad para mantener sus posiciones. Como dice el clásico: Lo veremos.