El gobierno de Estados Unidos acaba de retirarles sus visas a la gobernadora de Baja California María del Pilar y a Carlos Torres su esposo.
Es un duro golpe tanto político como personal, pues en la estrecha relación binacional se puede decir que, para muchos mexicanos, ricos o pobres, nuestra residencia está en los dos países.
A mí me negaron la visa de estudiante en 1983, porque un descerebrado, con intención de evitar que obtuviera mi grado doctoral en SMU, por así convenir a ciertos intereses políticos, llamó al consulado de Monterrey para alertarlos de mi peligrosidad, por ser un terrorista comunista.
Como es conocido, para efectos migratorios no hay bromas, todo se toma en serio, y se chingó mi visa de estudiante.
Era tan absurda la acusación, que el propio cónsul, que amablemente me atendió, me sugirió que me fuera con mi mica (por aquellos años los vuelos desde la frontera gringa al interior eran domésticos), de modo que pude concluir mi doctorado siendo en estricto sentido un ilegal, aunque con la venia del cónsul norteamericano.
Regresando al tema (¿a quién le importan mis tragedias personales?) la decisión de, en los hechos, declarar “persona non grata” a una gobernadora de México en Estados Unidos, es una fuerte agresión al gobierno mexicano, preludio muy probable de otras que pudieran incluir otras visas canceladas, o lo que para algunos es inminente: la intervención de fuerzas armadas gringas en suelo mexicano, para chingarse a los narcos, pero ya instalados en México se les podrían ocurrir otras cositas, como por ejemplo instalar algunas bases militares en nuestro país.
Mi opinión sobre la 4T es de sobra conocida entre los pocos que me conocen. Creo que es la mayor desgracia que le ha ocurrido a México, y que AMLO, un psicópata narcisista maligno (según valoración de psiquiatras amigos), le ha hecho a nuestro país un daño inmenso, que nos llevará generaciones enmendar.
Con todo lo anterior, creo que es momento de apoyar a Claudia en su rechazo a la intervención estadounidense.
Así como muchos intelectuales se equivocaron en el 2018, porque no pudieron procesar que la mejor opción era José Antonio Meade, porque era del PRI, ahora también se están apendejando al regatearle apoyo a Claudia, por ser de Morena.
Hoy debemos apoyar a Claudia. Que el puñales de Trump no nos pesque divididos. Que se le frunza el fundio nomás de pensar en enfrentar a un pueblo unido y decidido.
Las pendejadas de AMLO nos quitaron los avances que nos dio la revolución. Si no apoyamos a Claudia, podemos perder las bendiciones que nos dio la independencia.
