Ellos vienen, así, es el título de un libro escrito por Don José López Portillo sobre la conquista de México.
La zozobra, el susidio de quien se siente amenazado, es un estado de ánimo paralizante que hoy revive ante las posturas intimidatorias del presidente de USA Donald Trump.
Las condiciones son muy propicias para que se dé la intervención de los gringos en México; allá tenemos a un Trump abrumado por su relación con Jeffrey Epstein, el magnate pedófilo, y acá estamos profundamente divididos.
Nuestra presidenta dice confiar en que el pueblo de México la apoya, pero quienes constituyen su apoyo son mayoritariamente ciudadanos disfuncionales. Su apoyo se refleja en las encuestas y párele de contar. Es más fácil que un crítico de la presidenta, ante una intervención gringa, le de su apoyo arriesgando hasta la vida, a que la apoyen los sectores marginados beneficiarios de los programas sociales.
Al margen de cualquier consideración, si los gringos se nos aparecen por acá valdremos madre, pues es una ilusión que solo se chingarían a los malandros.
Si en los pasados ochenta años no nos vimos ante una situación tan grave con los gringos, fue por un manejo inteligente y fino de nuestra diplomacia. Finura y sapiencia que hoy no tenemos, en mucho porque la propia presidencia (de AMLO y CSP) han hecho una lectura equivocada de la situación, básicamente al considerar que le pueden aplicar a los gringos las mismas fórmulas que le aplicaron al PRI y al PAN, cuando ellos eran oposición.
Así las cosas compañeros; si los gringos penetran dobladamente, sabrá Dios qué otras cosas se les antojarán (Paco Ignacio Taibo ya siente un resuello en la nuca); por lo pronto, ¡ellos vienen!