El gremio encuestador es variopinto; para ser encuestador es suficiente decidirlo. Por ello muchas de las encuestas que se realizan en el mundo tienen serias deficiencias. De modo que no es extraño que muchas fallen en sus pronósticos. Sin embargo, de unos 30 años acá, hemos observado que también están fallando encuestas bien realizadas.
Es un fenómeno global, originado por una condición también global (la red de Internet y la telefonÃa celular), que anuló la condición de aplicabilidad de las encuestas: que la población estudiada fuera única, que estuviera fija, que la opinión pública estudiada no se modificara durante los dÃas de trabajo de campo y, si tenÃamos suerte, que se mantuviera asà por unos dÃas más, lo que nos generaba predicciones exitosas.
Es claro que las redes sociales traen bailando a la opinión pública, en especial respecto de la clase polÃtica y sus afanes, trayendo como consecuencia que las encuestas perdieran la eficacia predictiva que disfrutaron por casi 80 años.
Con todo lo anterior, todavÃa hay procesos donde la opinión pública es estable, y por ello todavÃa vemos encuestas que aciertan en sus pronósticos.
En consecuencia, el éxito predictivo de un encuestador no depende de su trabajo, sino de una condición que no puede anticipar. ¡Asà de jodida está la cosa!
Desde hace 32 años yo desfice ese entuerto, y eventualmente el mundo de la demoscopia adoptará mi metodologÃa. Por lo pronto y mientras tanto, ¡es privilegio de ustedes, mis queridos clientes!