La pasada lección traté de explicar, sin el apoyo de gráficas, así platicadito, qué es un empate técnico. Creo que mis cinco años en la Escuela Normal Superior del Estado (NL), estudiando didáctica y pedagogía, no me sirvieron de mucho para dilucidar el tema, pero si alguno de ustedes me entendió y me lo notifica, seré muy feliz.
Pues bien, olvidémonos por lo pronto de qué es un empate técnico, y centremos la atención en qué significa para usted, en caso de llegar al final de la campaña y le informan que termina en un empate técnico con uno o más candidatos. Ahí les van; significa que:
1. No sabemos quién va a ganar, o dicho de otro modo, cualquiera puede ganar (el encuestólogo feliz, pues no fallará su “predicción”).
2. Los empates técnicos proliferan más, cuando el tamaño de la muestra es pequeño (400 por ejemplo).
3. Conviene invertir más (el costo de la encuesta depende del tamaño de muestra), pero más allá de 1200 para un tamaño de muestra, es tirar el dinero.
4. Es común que se pichicatee cuando se negocia con encuestadores, pero también es común que contraten a varios. Lo recomendable es contratar solo a uno, y dejarlo trabajar con tamaños de muestra y frecuencia de mediciones adecuados para evitar, lo más posible, los empates técnicos.
5. Una ventaja adicional de contratar solo a un encuestador, es que permite apreciar mejor la evolución y la lógica de los procesos, y de ello que las estrategias y tácticas sean más eficaces.
Y recuerden: Entender la lógica de los procesos políticos, es entender porqué ganamos o porqué perdemos. ¡Nos ayuda a perder menos y ganar más!