Un libro que debería ser de cabecera para todos los que se precian de ser opositores a la 4T, es “La revancha de los poderosos” de Moisés Naim.
Es una muy completa descripción de los gobiernos populistas, que sintetiza en la idea de gobiernos 3P, para formar los pilares de este tipo de régimen: Populismo, Polarización y Posverdad.
El populismo nos divide en buenos y malos (ellos son los buenos, aunque hagan maldades); la polarización forma dos polos, buenos y malos, que se irracionalizan; tanto para unos como para los otros, nada bueno hay en el otro polo, y juegan a la ley del medio excluido; para ellos solo existen los polarizados y, finalmente, la posverdad: es la verdad que defiende el gobierno 3P, más allá de los hechos, las evidencias, la ciencia y la razón. Una “verdad” que al menos es aceptada acríticamente por sus seguidores.
Si se logra consolidar un gobierno 3P, se conforma una trampa para los opositores. Si se ponen muy bravos, fortalecen la polarización y prácticamente quedan anulados; si se ponen muy racionales y reconocen los méritos del gobierno 3P, corren el riesgo de ser considerados afines a éste, y de ser devorados por el polo opositor.
Lilly Téllez, quien ha alcanzado un pico en su exposición pública a raíz de sus entrevistas en Fox News, está justamente en tal encrucijada, su “eficacia” como opositora abona a la polarización y termina favoreciendo a la 4T, porque ellos son el polo más grande; pero si Claudia Sheinbaum se ensaña contra ella, podría convertirse en la heroína que las oposiciones no tienen y quizá necesitan (ya algunos la refieren como la María Corina Machado de México).
Lilly Téllez ¿heroína o saboteadora involuntaria?, de momento no podemos saberlo. Serán la popularidad de Claudia y la Correlación de Fuerzas, lo que lo determine.
De momento no tenemos un seguimiento frecuente y confiable para dilucidar la condición de Lilly Téllez, ¡pero habrá señales!
