Carlos Peña

ENROQUE FINANCIERO
Los empresarios deben exigir reglas fiscales claras y sostenibles. Si el gasto desborda la capacidad de pago futuro, los impactos llegarán vía impuestos, recortes o pérdida de competitividad.


Pocas veces se reconoce que es el sector privado quien arriesga capital, talento y futuro. Sin empresarios no hay nóminas, no hay impuestos y no hay innovación.


Según datos recientes, más de 25 instituciones financieras mexicanas entre bancos, casas de bolsa y SOFOMES están bajo revisión o ya fueron sancionadas por deficiencias en sus controles de Prevención de Lavado de Dinero.


Como capital industrial del país y motor del nearshoring, la Ciudad concentra industrias estratégicas: acero, autopartes, electrodomésticos, logística y tecnología.


La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, responsable de supervisar a las 3 instituciones señaladas por Financial Crimes Enforcement Network, enfrenta también un cuestionamiento profundo a su supervisión.


En el contexto actual, regiones industriales como Nuevo León adquieren un valor estratégico. Con su cercanía a Estados Unidos, mano de obra calificada y crecimiento en manufactura y vivienda, se convierte en un refugio productivo y logístico.


La escalada del conflcto Irán-Israel no solo significaría una tragedia humana sin precedentes, sino también una reconfiguración completa del orden económico global.


La geopolítica, hoy más que nunca, decide el tamaño de nuestra cartera.


En México, apenas el 24% del total del crédito empresarial es otorgado a mujeres, y en promedio, los montos que reciben son menores y con condiciones menos favorables que los hombres.



La combinación de un consumo débil, un PIB volátil, tensiones comerciales y el riesgo de una degradación crediticia nos coloca en una encrucijada crítica.


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