Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
Tanto en México como en Estados Unidos, el poder presidencial pretende ser incuestionable y pasarse el debido proceso y el amparo por las axilas. 


Al presentarse como virtuosos y con las mejores cualidades morales del hombre, políticos como Andrés Manuel logran ocultar la sombra de su maldad bajo los reflectores de sus palabras necias. 


No deseo volver, como consumidor, al mundo de los años 70 en donde predominaba el proteccionismo y el comercio internacional pugnaba por la apertura de los mercados. 


Trump destruyó de un manotazo la arquitectura económica que tomó décadas construir para que, sobre una base ordenada, se formase una red comercial global que abriera la puerta a la prosperidad de muchos países.


Justo cuando la democracia mexicana parecía encontrar su rumbo después de al menos tres décadas de transición política del autoritarismo a un sistema de contrapesos y división de poderes, en el 2018 llego Morena de la mano de AMLO y volvimos al autoritarismo. 


Viene de tierras lejanas al sur de México. El amor y la calidez que ha encontrado, maravillosamente, en nuestra Patria le basta para sentir agradecimiento, para compensar los abusos, el desprecio y los robos que ha sufrido con su familia.


Bajo las circunstancias actuales, no hay atisbo de alivio del problema de las personas desaparecidas en México mientras no exista la voluntad y determinación de las autoridades para reconocer y abordar el problema. 


Al final, un fallo de la OMC en contra de Estados Unidos puede no obedecerlo Trump, pero elevaría el costo político y dañaría (aún más) la reputación internacional de su gobierno.


La política comercial de Trump en contra de México y Canadá, es una acción de deslealtad ante sus socios comerciales y vecinos geográficos.


No puede existir una Presidencia fuerte si no hay diálogo con la oposición, ni disposición a escuchar a todos los sectores sociales, aceptar sus reclamos y corregir el rumbo.


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