Salvador Borrego

BORREGO DIXIT
La novedad de los resultados de esta semana, es que una vez más AMLO ha incrementado el dinero de sus apoyos, pero en esta ocasión no ha logrado revertir el desgaste que sus tantos yerros le generan.


Quienes sueñan con que el 24 sea el fin del gobierno federal de Morena, tienen motivos más que suficientes para la frustración y el desencanto.


En este periodo en que la muy fina dama Layda Sansores nos ha informado de las trapacerías de Alito, en lugar de que el PRI se derrumbe se ha fortalecido.


Los resultados que obtuvimos el lunes pasado, ilustran muy bien la generación de fantasías, por encuestas que no rebasan el límite de la aritmética.


A los ojos del clero, AMLO queda reprobado en el tema de seguridad pública, la asignatura fundamental de un gobierno. Por cierto que los jesuitas también reprobaron cuando apoyaron a AMLO en el 2018.


Mi lógica política, indicaba como posibilidad grande que AMLO sufriera un descalabro en su aprobación como consecuencia del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua; pero no fue así.


La pregunta es, sobre todo para los mexicanos católicos, si también tolerarán que en la mismísima casa de Dios, se asesine a dos santos sacerdotes, y que AMLO no muestre un solo indicio de empatía.


El día 20 les fue de la chingada a AMLO y Morenos, y todo indica que les irá peor.


Prefiero una siguiente etapa de MORENA, con la racionalidad recuperada, que una siguiente etapa de polarización.


Así como Porfirio Díaz condenó la reelección de Benito Juárez, para luego convertirse en sinónimo de reelección, así nuestro AMLO, que luchó contra el fraude electoral, hoy depende de éste.


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