Viaducto elevado en Morones Prieto a debate

Fidel Salazar

PERFECTÁNGULOS Y EPOSTRACISMOS
La proyección hacia el año 2055 indica que más de 150 mil vehículos utilizarán diariamente esta vialidad, lo que refuerza la urgencia de contar con una infraestructura de gran capacidad. 
27/05/2025

Aunque no es la solución ideal para muchos ambientalistas, la construcción de un viaducto elevado sobre la avenida Morones Prieto ofrece algunas ventajas dignas de ser consideradas en un debate más amplio.

Con una velocidad de diseño de entre 80 y 90 km/h y una extensión superior a los 16 kilómetros, la obra busca dar solución a los cuellos de botella que desde hace años afectan a los usuarios del par vial Constitución-Morones Prieto, donde la demanda supera los 100 mil vehículos diarios en sus tramos más cargados.

La proyección hacia el año 2055 indica que más de 150 mil vehículos utilizarán diariamente esta vialidad, lo que refuerza la urgencia de contar con una infraestructura de gran capacidad. Actualmente, tanto la avenida Constitución como Morones Prieto presentan discontinuidades en sus secciones transversales, variaciones en el número de carriles y múltiples cruces que dificultan una operación fluida, sobre todo en horas pico.

Además de mejorar el flujo de vehículos particulares, el Viaducto permitiría conectar de forma más eficiente los municipios de Santa Catarina, San Pedro Garza García, Monterrey y Guadalupe, y brindará conexión directa con las carreteras Monterrey-Cadereyta y Saltillo-Monterrey, lo que favorece tanto a los viajes locales como a los de largo itinerario.

Un aspecto destacado del proyecto es su impacto sobre el transporte de carga. En la zona metropolitana circulan diariamente más de 58 mil vehículos pesados, muchos de los cuales realizan recorridos interurbanos.

El Viaducto Morones Prieto, al desahogar la vialidad actual, permitirá una operación más ordenada de los camiones unitarios y articulados, lo que facilitará la distribución regional y mejorará la competitividad de la zona.

En materia de sostenibilidad, la obra está diseñada para reducir en casi una cuarta parte las emisiones de gases de efecto invernadero. Según simulaciones realizadas con el modelo MOVES, el escenario con viaducto generaría 2,370 toneladas anuales de CO2e, frente a las más de 3,154 toneladas que se emitirían sin su existencia. Esta mejora ambiental irá acompañada de una mayor calidad de vida, al disminuir los tiempos de viaje, los costos operativos vehiculares y la incidencia de accidentes.

El rediseño vial también contempla una reconversión del espacio a nivel, donde el tránsito local y el transporte público tendrán prioridad.

Se preparan conexiones peatonales y ciclistas que vincularán las avenidas Constitución y Morones Prieto con estaciones de las nuevas líneas 4 y 6 del Metro, con la idea de fortalecer la intermodalidad y la accesibilidad urbana.

Evidentemente, las afectaciones al Río Santa Catarina tendrán que ser mitigadas, sin olvidar que el río es río, como lo han demostrado fehacientemente las escasas lluvias que, periódicamente, ponen a la infraestructura vial de Monterrey en jaque, así como los servicios ambientales que brinda el cauce a la ciudad.

¿Es viable desfogar la vialidad con un viaducto elevado y proteger al río al mismo tiempo, mientras se transita a una movilidad enfocada en la calidad de vida de los ciudadanos? Esa es la pregunta que deberíamos ser capaces de responder.

fidelsalazaram@gmail.com



FIDEL SALAZAR tiene más de 30 años de experiencia en periodismo, comunicación corporativa y consultoría. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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