Los precios de las materias primas se han disparado ya que la invasión de Rusia a Ucrania amenaza los flujos de los suministros. Si bien, al inicio las sanciones de Occidente fueron tomadas como débiles, ya están causando daños en los suministros globales. Rusia es una potencia en la producción y exportación de commodities, desde petróleo hasta gas natural, cereales, fertilizantes y metales industriales, por lo que las sanciones impuestas por Estados Unidos, Canadá Europa y Asia, así como los aumentos en los costos de transportación y la negativa de las empresas para trabajar con Rusia han paralizado prácticamente los acuerdos comerciales con ese país.
Una gran parte de las exportaciones rusas de commodities no están encontrando compradores ahora y es posible que el problema se agrave con el paso de los días y semanas, mientras la invasión a Ucrania sigue intensificándose. Fuentes con conocimiento del tema sugieren que las exportaciones de acero, níquel y aluminio ruso se han reducido y existe la posibilidad de que Estados Unidos limite las importaciones petroleras de Rusia. En Estados Unidos, miembros del Congreso han comenzado a presionar para que la administración de Biden frene las importaciones petroleras de Rusia, lo que hasta ahora no se ha hecho para evitar una mayor escalada de los precios de los energéticos.
Sin embargo, el aislamiento de Rusia sigue intensificándose con señales de que inclusive el gobierno de China está tomando distancia a las acciones del gobierno de Putin.
Hasta ahora Canadá es el único país que ha anunciado una revocación del estatus a la nación más favorecida a Rusia y Bielorrusia, lo que significa que las exportaciones a Canadá están sujetas a un arancel del 35%. Sin embargo, el comercio de materias primas de Rusia ya se ha estado aislando, un problema que los operadores llaman "autosanción". El mercado se niega a negociar con materias primas rusas, a pesar de que ninguna empresa de commodities este sancionada, ya que existe confusión sobre lo que está legalmente permitido, el temor al daño a la reputación y las objeciones morales de los consumidores. Las compañías, no quieren ser sorprendidas a medida que aumenta la presión política y económica sobre el gobierno de Rusia. Asimismo, ha habido un cambio en las condiciones de crédito de las instituciones financieras. Se dice que, en Europa, Societe Generale SA, Credit Suisse Group AG ING Grerp NV y el Rabobank dejaron de financiar el comercio de materias primas procedentes de Rusia. Asimismo, no se puede descartar que más adelante el aumento en las sanciones contra Rusia de los gobiernos puedan impedir el comercio.
Por su parte, uno de los mayores obstáculos para el comercio es el transporte marítimo. La invasión de Rusia a Ucrania ha detenido los envíos desde el Mar Negro, que es una región vital para los comerciantes de materias primas. Las mayores empresas de logística, así como gigantes de transporte se están retirando de Rusia incluyendo a: A.P. Moller-Maersk A/S, MSC Mediterranean Shipping Co, Tankers y Torm, Hapag-Lloyd AG, Ocean Network Express Pte., DHL y Kuehne + Nagel AG. Asimismo, Sovcomflot, la empresa rusa controlada por el Estado está siendo ampliamente rechazada.
Asimismo, la estabilidad y seguridad de las operaciones de las compañías de transporte ya está siendo afectada no solo por las sanciones si no por los riegos implícitos de una guerra. De acuerdo con la compañía carguera A.P. Moller-Maersk A/S, las congestiones en los puertos han aumentado debido a las inspecciones aduaneras en todas las mercancías enviadas desde y hacia Rusia. Inclusive con los puertos de Rusia abiertos, muchas compañías no quieren operar en el Mar Negro, ya que las aseguradoras no ofrecen cobertura a los buques ahí naveguen o exigen enormes primas para hacerlo. De hecho, un granelero de la compañía Cargill resultó dañado por un proyectil, luego de descargar carbón en el puerto ucraniano de Odesa.
Cabe mencionar que, Maersk gestiona algunos envíos del gigante del aluminio United Co. Rusal, por lo que la suspensión supone un riesgo para sus exportaciones. Asimismo, el comercio de agrícolas se ha visto afectado por el caos tras el cierre de los puertos ucranianos por la guerra. Ucrania y Rusia representan de manera conjunta más de una cuarta parte del comercio mundial de trigo y cerca de una quinta parte del de maíz. Se estima que cerca de 24 buques cargueros se han quedado atrapados en los puertos de Ucrania con cerca de 630 mil toneladas de granos, incluyendo buques de trigo con destino a Egipto, Argelia y Yemen, y de maíz dirigidos a España, China y Corea del Sur.
Para el mercado petrolero los problemas en los suministros comienzan a parecerse a las perturbaciones observadas desde la Guerra del Golfo. Rusia exporta cerca de 5 millones de barriles diarios de petróleo, además de casi 3 millones de barriles de productos refinados. Si bien, es difícil hacer estimaciones de las posibles pérdidas, se espera que las exportaciones se reduzcan durante los siguientes días ante una menor demanda de las refinerías globales. Se cree que alrededor del 25% de las exportaciones de petróleo y productos refinados (2 millones de barriles diarios) están en peligro, mientras que, algunos operadores sugieren que entre el 30 y el 70% del petróleo ruso transportados por mar no encuentra compradores.
Más allá de los problemas logísticos, también hay crecientes riesgos para la producción de commodities. De hecho, Rusal ha dicho que ha recortado la producción en su planta de alúmina en Ucrania, debido a los inevitables problemas logísticos y de transporte en la región. En caso de que se observe un cierre prolongado en la planta ucraniana, se perderían cerca de 900 mil toneladas de aluminio. Adicionalmente, es posible que la guerra frene la siembra de las cosechas de primavera en Ucrania lo que prolongará el impacto en los suministros.
Lo anterior sugiere que la guerra en Ucrania está afectando a las cadenas de suministro globales, lo que profundiza el nerviosismo en torno a la oferta para los compradores que ya están enfrentando una escasez crítica, lo que es una gran amenaza para la economía mundial. Las presiones al alza sobre los precios de energéticos, metales industriales y granos, implican una materialización de los riesgos al alza para la inflación global.
EL MERCADO DE ENERGÉTICOS
Los acontecimientos en Ucrania han llevado al precio del WTI a alcanzar un nuevo máximo intradía de 116.57 dólares por barril, no visto desde el 22 de septiembre del 2008, mientras que, el brent tocó un máximo de 119.84 dólares no visto desde el primero de mayo del 2012.
Cabe destacar que el productor petrolero ruso Surguneftegas no consigue vender por tercera vez consecutiva el crudo de los Urales a través de su licitación ordinaria. El martes, el grupo Trafigura, gigante del comercio de petróleo, ofreció vender un cargamento de los Urales por 18.60 dólares el barril menos que el punto de referencia internacional. Este fue el mayor descuento de la historia, pero aun así no hubo compradores. Por su parte, la OPEP y sus aliados (OPEP+) decepcionaron al mercado al no incrementar durante su reunión ministerial su cuota de producción programada, quedándose con el incremento esperado de 400 mil barriles diarios. Si bien, la OPEP+ ha intentado aumentar la producción petrolera conjunta algunos de los países, se han visto imposibilitados ante la falta de inversión en la industria, problemas económicos y políticos.
El mercado de petróleo ya se encuentra muy ajustado, con la demanda en aumento derivado de la apertura económica, tras los cierres relacionados con el coronavirus y ante la imposibilidad de la OPEP+ de alcanzar sus cuotas. Mientras tanto, las conversaciones con Irán aún no se resuelven, pero se espera que un acuerdo nuclear con Irán ayudaría a aliviar la crisis. Si bien, el acuerdo podría regresar cerca de 1.3 millones de barriles diarios de petróleo al mercado, no sería de inmediato. En el mejor de los casos, Irán podría aumentar su producción petrolera en 500 mil barriles diarios en el corto plazo. Por lo pronto, un acuerdo entre Teherán y Estados Unidos, Europa, China y Rusia es incierto, aunque con la situación actual, pudiera darse en cualquier momento ya que sin un acuerdo el precio del WTI podría dispararse para alcanzar los 130 dólares por barril.
Por su parte, los precios del gas natural también se encuentran presionados al alza con el contrato TTF de gas natural en el ICE Endex Dutch alcanzando un nuevo máximo histórico de 199.99 euros por megavatio hora. Adicionalmente a la cancelación del gasoducto NordStream 2 como consecuencia de las acciones de Rusia en Ucrania y al igual que para el caso del resto de los commodities, los operadores están evitando nuevos acuerdos con Gazprom. Asimismo, existe el riesgo de que los contratos previamente acordados puedan deshacerse.
Por ahora, los flujos rusos continúan, e incluso han aumentado desde la invasión de la semana pasada. Sin embargo, se teme que los flujos puedan reducirse y que Europa no pueda acumular el suficiente suministro para el próximo invierno, lo que extenderá aún más la crisis energética del continente. Europa es extremadamente dependiente del gas natural ruso. De hecho, se estima que durante el 2020 el 38% de la demanda de gas natural de la Unión Europea estuvo cubierta por gas ruso.
Los acontecimientos en Europa han llevado a que el continente importe más gas LNG de lo normal. Lo anterior también están repercutiendo en el mercado asiático llevando a los precios al contado en Asia a tocar un máximo de 38.505 dólares por millones de BTU acercarse a su máximo de 44.575 dólares por millones de BTU. Aunque las importaciones podrían ayudar a reducir la dependencia que tiene Europa con el gas de Rusia, los compradores siguen compitiendo con los de Asia, que comenzarán a reponer sus inventarios durante el verano.
MERCADO DE METALES
Los metales industriales y preciosos también se han visto presionados al alza ante la invasión. De hecho, el aluminio alcanzó un nuevo máximo histórico de 3,741 dólares por tonelada métrica, mientras que el níquel tocó un máximo de 27,976 dólares por tonelada métrica, no visto desde el 7 de marzo del 2011. Por su parte, el zinc tocó un máximo de 4,028 dólares por tonelada métrica no visto desde el 10 de mayo del 2007.
Cabe mencionar que, la oferta de los metales industriales ya se había visto limitada ante los cierres causados por el coronavirus, los problemas en las cadenas de suministros, la crisis energética en Europa y las medidas de China para la contaminación ambiental. Asimismo, la demanda se ha mantenido alta ante la revolución industrial verde y una mayor demanda por vehículos eléctricos.
Por su parte, el oro alcanzó un máximo de 1,974.34 dólares por onza, no visto desde el 1 de septiembre del 2020, ya que su demanda ha estado apoyada por su función como activo refugio y activo para salvaguardar valor. Los acontecimientos en Europa del Este, en conjunto con las sanciones, han incrementado las preocupaciones en torno a la actividad económica, la percepción por riesgo global, así como las presiones inflacionarias. La demanda por oro aumenta como cobertura cuando el valor del dinero se reduce.
Bajo este contexto, no se descarta que el oro supere la resistencia psicológica de los 2,000 dólares por onza y que el aluminio siga rompiendo máximos anuales. Asimismo, es posible que el precio del níquel se dirija hacia los 30,000 dólares por tonelada métrica, mientras que, el zinc puede dirigirse hacia su máximo histórico de 4,580 dólares por tonelada métrica.
MERCADO AGRÍCOLA
El trigo alcanzó un máximo indtradía de 11.34 dólares por bushel, no visto desde el 19 de marzo del 2008. Por su parte, el maíz tocó un máximo de 7.52 dólares no visto desde el 6 diciembre del 2012.
Si bien, otros proveedores pueden compensar parte del golpe y los compradores ya están evaluando sus alternativas, los precios de los commodities agrícolas se encuentran sumamente elevados. El principal importador de trigo del mundo, Egipto, celebró el lunes una licitación de trigo, pero la canceló después de recibir sólo ofertas de alto precio para suministros de Francia y Estados Unidos. Se espera que la India, que tradicionalmente no ha sido un gran exportador de trigo, venda una cantidad récord al extranjero.
Cabe destacar que estos no han sido los únicos commodities agrícolas que se han visto presionados al alza. De hecho, los aceites de palma y de soya, aceites de cocina más consumidos del mundo, han alcanzado nuevos máximos históricos. Al igual que el maíz y el trigo, las sanciones contra Rusia han aumentado las preocupaciones por la escasez mundial de estos productos básicos que también han sido afectados por las condiciones climáticas poco favorables y por limitaciones en las exportaciones. Las condiciones secas en Brasil han causado daños a las cosechas de soya, mientras que, el gobierno de Indonesia ha impuesto limitaciones a las exportaciones de aceite de palma. Por su parte, Ucrania y Rusia tienen la mayor parte del comercio de aceite de girasol, que es una de las principales alternativas a esos aceites.
El aceite de palma ha alcanzado un máximo histórico de 7,108 ringgit malayo por tonelada métrica, mientras que el aceite de soya alcanzó un máximo de 0.7733 dólares por libra. Al igual que para el caso del petróleo, la estructura del mercado de aceite de palma se encuentra en backwardation (se observa una pendiente negativa en la curva), lo que es señal de escasez en la oferta.
Las presiones al alza también fueron impulsadas debido a que el China Securities Journal informó que China debería aumentar las compras de aceite comestible en el extranjero para evitar la escasez. El país ya es el segundo importador mundial de aceite de palma.
Se espera que el trigo supere los 10 dólares por bushel, dirigiéndose a su máximo histórico de 13.49 dólares por bushel, mientras que, para el caso del maíz se espera que el precio pueda dirigirse a su máximo histórico de 8.49 dólares por bushel.