Los datos del estudio Latinobar贸metro 2024, una encuesta realizada en 17 pa铆ses de Am茅rica Latina y el Caribe, marcan algunas diferencias generacionales en la forma como las personas ven y aprecian la democracia.
Las generaciones de mayor edad, tanto los Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1964) como la Generaci贸n X (1965-1980), expresan un mayor apoyo a la democracia; mientras que las generaciones m谩s j贸venes, tanto Millennials (1981-1996) como la Generaci贸n Z (1997-2012, o hasta 2007, los ya adultos), se muestran m谩s esc茅pticos hacia esa forma de gobierno.
Esas diferencias nos llevan a pensar en el futuro de la democracia, cuya suerte depender谩, en parte, de lo que las nuevas generaciones valoren y hagan.
En una ponencia que estaremos presentando a mediados de mayo en la reuni贸n anual de WAPOR, la organizaci贸n de encuestadores a nivel mundial, junto con mi colega Marita Carballo, una distinguida encuestadora argentina y expresidenta de la Asociaci贸n, nos propusimos a analizar los datos para tratar de entender esas diferencias generacionales y, acaso, echar una mirada al futuro de la democracia en la regi贸n.
Esto 煤ltimo depende, por supuesto, de diversos aspectos y no s贸lo de las opiniones de la gente. Pero estas 煤ltimas son fundamentales como base de apoyo y legitimidad.
Lo que el estudio Latinobar贸metro nos muestra es una brecha generacional en los puntos de vista hacia la democracia. Como mencion茅, las generaciones j贸venes parecen ser menos apegadas y m谩s esc茅pticas hacia esa forma de gobierno, en algunas de las preguntas.
Pero eso no quiere decir que rechacen a la democracia. Las generaciones m谩s j贸venes, y en particular la Generaci贸n Z, no se ven tan convencidas de lo que hasta ahora han sido pilares de la democracia representativa: son particularmente incr茅dulas respecto a las 茅lites pol铆ticas, e incluso de los partidos, del Congreso y de las propias elecciones.
No obstante, los ciudadanos y ciudadanas de menor edad han puesto su preocupaci贸n en temas que definitivamente ampl铆an la agenda democr谩tica: una mayor igualdad, equidad, reconocimientos de derechos, entre otros.
Pensar que las generaciones j贸venes est谩n dando la espalda a la democracia no es del todo acertado. Lo que s铆 parece estar sucediendo es una reformulaci贸n del concepto de democracia.
Una limitante de las encuestas hasta ahora es que no nos permiten ver del todo qu茅 nueva conceptualizaci贸n es esa. Los cuestionarios tanto de este estudio como de otros similares se desarrollaron en los a帽os 90 bajo las ideas imperantes sobre democracia y democratizaci贸n, integridad electoral, separaci贸n de poderes, transparencia, instituciones fuertes y una sociedad civil vibrante.
Para muchos de nosotros, esos aspectos de la democracia, y en especial de la democracia liberal, siguen vigentes y son el est谩ndar. No obstante, el escepticismo de las generaciones nuevas hacia la democracia sugiere no un abandono sino una reformulaci贸n.
La proporci贸n de dem贸cratas liberales es muy similar entre las distintas generaciones en la regi贸n, y el apoyo churchilliano a la democracia es pr谩cticamente el mismo, con diferencias apenas dentro del margen de error.
Lo que s铆 diferencia a las generaciones son aspectos conceptuales, como el papel de los partidos, la oposici贸n, la prensa, las redes sociales. Como dije, no se puede a partir de esto deducir la manera en que se est谩 reformulando el concepto de democracia, pero parece que un cambio conceptual est谩 teniendo lugar.
De esta manera, el futuro de la democracia visto a trav茅s de la ventana generacional no es hacia el abandono, sino hacia la reformulaci贸n. Las nuevas generaciones parecen estar perfiladas a cambiar el rostro de lo que hoy entendemos por democracia, un concepto que ha evolucionado enormemente desde que el economista Joseph Schumpeter la defini贸 en t茅rminos minimalistas de competencia electoral hace 80 a帽os.
La democracia evoluciona y su conceptualizaci贸n tambi茅n. La nueva conceptualizaci贸n luce con tintes generacionales. Quienes nos quedamos con el concepto y expectativa de los 90 y principios del siglo, tenemos que abrir la mente a lo que viene.
Mientras tanto, el riesgo es que los populismos contempor谩neos tambi茅n traen su propia idea de democracia. Al parecer, podr铆a avecinarse una pugna por lo que significa hoy en d铆a la democracia, la visi贸n de las nuevas generaciones y la de las opciones populistas.
